Un estudio publicado por Molecular and Cellular Biochemistry encontró que disminuye la presión arterial.

Ciudad de México.- El ajo se ha consolidado como un ingrediente popular dentro de la cocina, tanto por su sabor potente como por sus numerosos nutrientes favorables para la salud. El sitio especializado en salud, Healthline, explica que esta hortaliza es rica en manganeso, selenio, fibra, vitamina B6 y vitamina C.

Si les preocupa que el consumo de ajo afecte el aliento, Journal of Food Science aconseja que se mastique hojas de menta, lechuga o manzana después de comerlo para neutralizar el olor.

Un estudio publicado por Molecular and Cellular Biochemistry encontró que el ajo disminuye la presión arterial, especialmente en personas que sufren de hipertensión. Esto puede prevenir complicaciones como ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares.

Además, una publicación de «Pakistan Journal of Pharmaceutical Sciences» probó que comer ajo crudo en ayunas aumenta el colesterol bueno, baja el colesterol LDL (malo) y los triglicéridos en la sangre.

Los investigadores indicaron que el ajo es una buena opción para tratar la hiperlipidemia, es decir, el exceso de grasas en el torrente sanguíneo cuando los pacientes no toleran los fármacos. No obstante, lo mejor es consultar a un médico antes para que evalúe la situación.

De acuerdo con un artículo de «Journal of Medicinal Food», el ajo puede combatir la inflamación gracias a un compuesto llamado disulfuro de dialilo. Por ello, este alimento se usa como desinflamatorio natural para la artritis.

Sin embargo, un estudio de «Food and Chemical Toxicology» concluyó que el calor reduce sus efectos contra la inflamación, de modo que se recomienda consumir ajo crudo y lo más fresco posible para notar sus beneficios.

Una investigación publicada por Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity determinó que los pacientes diabéticos que complementaron su tratamiento médico con ajo en ayunas mostraron una disminución significativa de sus niveles de glucosa, en comparación con quienes no lo comieron.

De esta manera, el ajo puede ser una adición saludable dentro tus hábitos alimenticios, siempre y cuando estés bajo supervisión médica.

Además de sus beneficios para la salud cardiaca y el sistema inmune, un artículo de «The Journal of Nutrition» demostró que el ajo aumenta las enzimas antioxidantes del cuerpo, encargadas de proteger tus células contra el daño oxidativo.

A su vez, un menor daño oxidativo reduce el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia. De igual forma, los resultados señalan que el ajo es capaz de favorecer las funciones cognitivas.

Recuerda que el consumo de este alimento debe complementarse con otros hábitos saludables para conseguir sus beneficios

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