• La furia por la brutalidad policial contra un abogado que murió tras recibir descargas eléctricas avivó las movilizaciones sociales en Colombia.

BOGOTÁ, Colombia.- La furia por la brutalidad policial contra Javier Ordóñez, un abogado que murió tras recibir descargas eléctricas cuando suplicaba a los agentes que se detuvieran, avivó las movilizaciones sociales en Colombia, que estallaron a finales de 2019 y se paralizaron por la pandemia.

Las protestas del miércoles dejaron un saldo de al menos 10 muertos, la mayoría jóvenes, y 379 heridos -incluidos 147 oficiales-, de los cuales 66 fueron impactados con armas de fuego.

Siete de las víctimas fatales se reportaron en la capital y las otras tres en la ciudad vecina de Soacha.

Se informó que 60 instalaciones policiales resultaron afectadas, con incendios en 22 de éstas. Unos 56 autobuses de transporte público fueron vandalizados.

El saldo de las movilizaciones de ayer no se había definido hasta el cierre de esta edición.

En la víspera, se registraron 16 concentraciones en Bogotá, así como enfrentamientos y disturbios en el occidente de la urbe, específicamente en la unidad policial donde habría muerto Ordóñez.

El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) intentó dispersar a los manifestantes con agua y bombas aturdidoras, en choques que se prolongaron por horas.

La violencia en las protestas escaló cuando la Policía disparó al aire en la localidad de Fontibón y contra manifestantes en el barrio de Venecia, ambos sitios en Bogotá, según el diario local El Tiempo.

También se registraron choques con las fuerzas de seguridad en Barranquilla y Medellín. En Cali se informaron quemas de establecimientos comerciales y bancos.

La Alcaldesa de la capital, Claudia López, aseguró ayer que había evidencia sólida en al menos cuatro sitios de la ciudad del uso indiscriminado de armas de fuego por parte de miembros de las fuerzas de seguridad.

“Una masacre contra jóvenes”, subrayó.

“Señor Presidente (Iván) Duque, usted es el comandante en jefe de la Policía, le ruego que ordene a sus miembros que no usen armas de fuego”.

La mayoría de los casos mortales fueron jóvenes alcanzados por disparos en la calle. Cristian Hernández, que según su familia volvía de trabajar, fue impactado por un proyectil en la cara y murió. Y Julieth Ramírez, una estudiante de psicología e inglés de 19 años, fue víctima de una bala perdida.

Según reportes de la emisora local Caracol Radio, autoridades investigan si policías dispararon contra civiles adrede, y buscan identificar a algunos agentes que taparon sus placas para no ser reconocidos.

Colombia no vivía jornadas de protestas tan intensas desde noviembre de 2019, cuando jóvenes salieron a las calles para apoyar las marchas convocadas por las centrales obreras contra la política económica y social de Duque.

En esas marchas el Esmad disparó y mató al estudiante Dilan Cruz, lo que provocó llamados a disolver ese escuadrón.

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