Cuando una leyenda de la música como Ringo Starr se presenta en México se puede ver de todo, porque, sin duda, la música que grabó junto a The Beatles y en solitario se ha apoderado de un lugar privilegiado en los libros de la historia.
Ringo es puro amor y paz, y tuvieron que pasar casi 10 años para que el británico volviera a darle eso a sus fans mexicanos.
Ayer Ringo & His All Starr Band volvieron a pisar el escenario del Auditorio Nacional con la gira 15th All Starr Band, donde 10 mil personas los aplaudieron, bailaron y cantaron con ellos durante casi dos horas, comenzando la velada con Matchbox, un cover Carl Perkins.
“Gracias, buenas noches, Ciudad de México. ¿Están listos para un buen rato, para bailar con buena noche?, cada uno de ustedes esta noche estoy seguro que se saben por lo menos una canción, como la que sigue que es It Don’t Come Easy”, lanzó Ringo ante su público entre el cual se podían ver algunos Sargentos Pimienta.
“Mi nombre es Ringo y ellos son la All Starr Band. Esta noche todos son estrellas y los dejo aquí con Steve Lukather”, dijo el británico al presentar al guitarrista de Toto, quien forma parte de su ensamble y quien, por supuesto, regaló al público un clásico de su grupo: Rosanna, mientras Starr tomaba el lugar que lo inmortalizó en la música: la batería.
Así llegó el turno de presentar a Hamish Stuart, miembro original de Average White Band, quien puso a cantar al público con diferentes notas de Pick Up The Pieces.
Hamish introdujo a Colin Hay, de Men At Work.
“Buenas noches, es un placer estar aquí con Ringo. Es la mejor ciudad del mundo”, lanzó el guitarrista en español antes de que el inconfundible intro de Down Under se apoderara del Coloso de Reforma e hiciera recordar a cientos de personas cómo era el albor de 1980.
Ver a Ringo Starr y a todos estos artistas reunidos en el mismo escenario es como estar dentro de una máquina del tiempo, que retrocedió a la década del 60 y viajó a la actualidad. Es un agasajo ver a cada uno de ellos hacer lo que siempre han hecho y disfrutarlo como si fuera la primera vez… y Starr, a sus 83 años, es el que más se divierte.
“Ésta es una de esas canciones que tocaba hace muchísimo tiempo… mucho antes de aquellas que hice con la banda que ustedes creen”, dijo Ringo arrancando la risa y los aplausos de los fans, que se trasladaron hasta inicios de los 60 con Boys, un tema que originalmente grabó la banda femenina The Shirelles.
“¡Ringo, Ringo, Ringo, Ringo!”, clamaba la gente, mientras el exBeatle bailaba. “Amor y paz, yo también los amo. Esta rola fue escrita por John, mi amigo John y no me da miedo decir que I’m The Greatest”, dijo Starr antes de dar vida a la rola de Lennon.
“Enciendan las luces”, pidió a la producción del Auditorio y no dudó en acercarse a la orilla del escenario para saludar a la gente, preguntarles cómo estaban y alabar algunos de los atuendos que hacían referencia a la portada de Sgt.Pepper’s Lonely Hearts Club Band, mientras daba vida a Yellow Submarine, del disco Revolver, de 1966.
El público no puede dejar de disfrutar con Ringo y sabían que el show sería algo que disfrutarían al máximo, por lo que no dudaron en sacar algunos globos amarillos para iluminar el ambiente.
“Déjenme decirles que nuestro show tiene muchos momentos mágicos y uno de ellos es cuando Hamish se queda a cargo mientras yo voy al camerino por una taza de té”, lanzó el muy británico dejando a Stuart a cargo de Cut The Cake, la cual tuvo un mashup con We Will Rock You de Queen, Come Together de The Beatles, Rock and Roll e Inmigrant Song de Led Zeppelin,
“Los dejé en el agua del submarino amarillo y ahora van de regreso”, dijo Ringo al regresar al escenario para interpretar Octupus’s Garden, en la cual algunos cantaron muy discretamente y se dejaban llevar por su sicodelia.
Back Off Boogaloo llegó con toda su fuerza rockera al primer show de la banda en esta vuelta a la CDMX, sólo para preparar el camino a Overkill de Men At Work, Africa de Toto y Work To Do de The Isley Brothers, en las que Starr se ocupó del bombo y platillo.
“Soy yo otra vez. ¿Hay jovencitas en la audiencia?, bueno esta es para ustedes”, dijo Ringo para dedicarles I Wanna Be Your Man.
Dos clásicos se apoderaron de la gente: Who Can It Be Now, de Men At Work, y Hold The Line, de Toto, con Lukather en las cuerdas.
Emocionado por ver a tantas personas con los trajes del Sargento Pimienta y portando sus mejores playeras de él o El cuarteto de Liverpool, Ringo no dudó en decir que quisiera tener una gran cámara para tomarles una fotografía… y así introdujo Photograph, seguida de With A Little Help From My Friends y Give Peace a Chance, un par de rolas ideales para despedir una noche llena de estrellas e historia sobre el Auditorio Nacional. Pese a que Ringo tiene un nuevo EP, Crooked Boy, junto a integrantes de The Strokes y escrito por Linda Perry, no interpretó ningún tema y dejó todo en manos de la nostalgia.