La irrupción de grupos del crimen organizado en Quintana Roo ha agudizado la crisis económica que lleva arrastrando la entidad por dos años y que mantiene en vilo a hoteleros y empresarios que poco a poco ven cómo los turistas se marchan a otros destinos.

La pandemia de COVID-19 y el incremento de violencia en Quintana Roo han impactado al Turismo de esta entidad, el pilar de su economía, de sus paradisíacas playas con mar turquesa, lo que ha orillado a la iniciativa privada a “abrir nuevos mercados” para dejar de depender del “turismo prestado” de otros sitios con más restricciones y con ello evitar más despidos en el sector servicios y quiebres de negocios.

Restricciones por la pandemia como limitaciones de aforo, reducción de horarios de bares y centros nocturnos, así como una baja en el número de turistas nacionales y extranjeros que deciden viajar a otros destinos debido a la violencia que se vive en el estado han puesto en vilo a una de las joyas del turismo en México.

Tal ha sido el impacto negativo que los grupos del crimen organizado han tenido en Quintana Roo que elementos de la DEA y el FBI de los Estados Unidos, así como de la Policía Montada de Canadá, viajarán al estado para apoyar en labores de análisis y seguridad.

El mismo Gobernador Carlos Joaquín González ha reconocido que los destinos turísticos de Quintana Roo se convirtieron en un punto de atracción para muchos delincuentes y habló del incremento de armas de fuego.

“Las condiciones se prestan para eso, un aeropuerto en el que recibimos muchísimas personas que vienen de distintas partes del mundo, que tienen diferentes intereses y que provoca precisamente que se convierta en un lugar muy apetitoso en determinados momentos para ese tipo de acciones”, dijo el mandatario en entrevista a medios.

En tanto, el titular de la Secretaría de Turismo, Miguel Torruco, expuso en días pasados que a nivel global hubo una contracción del 73 por ciento en el número de turistas y las 10 principales potencias que compiten con México tuvieron caídas del 84 por ciento en captación de turistas mientras que México fue del 46 por ciento, según consignó la agencia EFE.

Recordó que en 2021 se prevé que la participación del PIB turístico nacional sea del 7.1 por ciento, cuando en el 2020 fue de 6.7, por 8.6 de 2019, y para 2022 se espera sea del 8.3.

VIOLENCIA SE APODERA DEL ESTADO

El pasado 21 de enero, un tiroteo ocurrido al interior de un hotel ubicado en Playa del Carmen, de la prestigiosa cadena Xcaret, dejó dos turistas canadienses muertos y un herido.

La Fiscalía General de Justicia de Quintana Roo informó que uno de los hombres perdió la vida al ser trasladado al hospital y otro más horas después. También destacó que los dos fallecidos contaban con antecedentes delictivos como tráfico de drogas, uso falso de identidad y robos.

Una semana después de estos hechos, el argentino Federico Mazzoni, quien era gerente de un popular establecimiento de Playa del Carmen, el Mamita’s Beach Club, fue asesinado a balazos.

Estos incidentes se suman a otros ataques armados registrados en meses pasados en las zonas turísticas de Quintana Roo. En octubre de 2021, por ejemplo, un tiroteo en un restaurante del balneario de Tulum, uno de los sitios de moda de la región, dejó dos turistas extranjeras muertas y otros tres heridos.

Aunque los asesinatos en Quintana Roo tuvieron un repunte de al menos un 0.30 por ciento en comparación con el año anterior, pues pasaron de 649  víctimas de homicidio doloso en 2020 a 651 en 2021, otros delitos como los feminicidios y los secuestros muestran alzas más significativas, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de  Seguridad Pública (SESNSP). Además, los hechos violentos son cada vez más sanguinarios. 

Los feminicidios en Quintana Roo, por ejemplo, crecieron 66 por ciento al registrar 22 víctimas, contra 15 mujeres asesinadas por razones de género en 2020. Por otra su parte, la tendencia de secuestros en Quintana Roo se comparta contraria a la media a nivel nacional —que muestra una reducción—, pero en esa entidad crecieron 15.7 por ciento, ya que de 19  que se registraron en 2020.

En declaraciones para la agencia EFE, el Gobernador Carlos Joaquín González dijo que los sucesos eran “extremadamente llamativos” y externó su preocupación por el incremento de armas en manos de los grupos delictivos, un hecho que calificó de “difícil y preocupante” al no conocer por dónde se introducen estas armas.

El mandatario dijo que su Gobierno trabaja con organizaciones empresariales para establecer una línea de acción de 10 puntos para incrementar la seguridad en establecimientos privados y darle mayor confianza a los turistas.

Días más tarde, el 25 de enero el Gobierno de Estados Unidos emitió una alerta de seguridad donde pidió mayor precaución a los viajeros que visiten Quintana Roo por la violencia ocurrida recientemente.

A través del Consulado General de Estados Unidos en Mérida, se hizo un llamado a mantener las precauciones necesarias a turistas que lleguen a Cancún, Playa del Carmen y Tulum, luego de la balacera en la zona de playas del Hotel Xcaret, ubicado en Playa del Carmen, que dejó dos muertos y un herido, todos de nacionalidad canadiense.

“A la luz de los recientes incidentes de seguridad y la actividad delictiva en destinos turísticos populares como Cancún, Playa del Carmen y Tulum, se recuerda a los ciudadanos estadounidenses que tengan más precaución cuando viajen al estado de Quintana Roo”, se lee en el comunicado.

TURISMO AFECTADO POR LA PANDEMIA

Además de la crisis de violencia que se registra en la caribeña entidad, Quintana Roo trata de recuperarse de la profunda crisis económica que le generó la pandemia.

La cuarta ola de contagios provocó que el pasado mes de enero, el estado pasara a color naranja en el semáforo epidemiológico, lo que significó la aplicación de nuevos criterios de operación para los establecimientos con la finalidad de reducir el número de contagios.

A pesar de que el Gobernador Carlos Joaquín González dijo que no se impondrían nuevas restricciones para no afectar a la economía, los criterios de operación implicaron, además de restricciones en movilidad, la reducción en el porcentaje de la ocupación hotelera y turística, que a larga se refleja en despidos y deudas.

Ante esta situación, el pasado 4 de febrero empresarios de la región dijeron que ha llegado el momento de ir a buscar más y abrir nuevos mercados para aumentar el flujo de turistas y proteger las inversiones de los socios.

Jesús Almaguer Salazar, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, aseguró que el cierre de otros destinos en todo el país por la pandemia provocó que durante los dos últimos años el estado de Quintana Roo recibiera “turismo prestado”.

“Estamos viviendo con turismo prestado, prestado porque otros destinos no han abierto, prestados por protocolos y situaciones que la pandemia está provocando en otros países”, señaló durante la toma de posesión de la nueva mesa directiva de la asociación hotelera.

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