Su exposición «Chornozem» («tierra negra» en ucraniano), presentada en los locales de la asociación cultural T12 lab
Pese a las bombas que caen sobre Ucrania, los diseñadores del país devastado por la guerra han expuesto sus obras en Milán.
Con la finalidad de defender su patrimonio cultural saqueado por el ejército ruso, que destroza museos, teatros y galerías de arte.
«No es una guerra entre Ucrania y Rusia, implica a todo el mundo, es la guerra entre la democracia y el imperialismo».
Declara por teléfono a AFP la diseñadora ucraniana Victoria Yakusha, de 39 años.
Su exposición «Chornozem» («tierra negra» en ucraniano), presentada en los locales de la asociación cultural T12 lab.
Fue uno de los momentos destacados del «Fuorisalone» que se celebra paralelamente al Salón del mueble.
El color negro está omnipresente:
«Sacamos nuestra fuerza en la tierra de nuestros antepasados”.
“Ahora no podemos hablar a través de otro color» explica Victoria Yakusha desde Bruselas, donde vive desde hace dos años.
Los diseñadores ucranianos a través de su mobiliario contemporáneo, de estilo original y minimalista.
Esta gran figura del diseño ucraniano relata la historia de tradiciones ancestrales y técnicas artesanales de su país de las que ella extrae su inspiración.
Tras la invasión de Ucrania por Rusia el 24 de febrero, «la conmoción fue enorme, yo ya no podía crear.
Todos mis pensamientos estaban con mi familia en el Donbás (…)» afirma.
Ahora, sin embargo, ha retomado su «misión», que es la de «mostrar al mundo la creatividad y la belleza de la cultura ucraniana.
Afirmando así la identidad» de su tierra natal frente a Rusia.
Su marca, Faina, nació con la revolución proeuropea de 2014 que tuvo como epicentro la plaza Maidan en Kiev.
El cual acabó con la caída de un presidente prorruso.
La joven diseñadora, Kateryna Sokolova, de 38 años, acompañada por su bebé y por sus padres, se ha desplazado a Milán desde Leópolis.
Hacia el oeste de Ucrania, para exponer su marca Noom en el Superstudio Più.
Tuvo que parar su nueva colección por la guerra.
Cuando los misiles empezaron a caer sobre la capital Kiev,
«Dormimos durante una semana en el parking subterráneo de nuestro edificio».
Antes de huir en coche hacia Leópolis, cerca de la frontera polaca, según relata a AFP.
Tras una forzada pausa de dos meses, Kateryna Sokolova y su socio Arkady Vartanov reanudaron el trabajo(diseñadores ucranianos).
Para así evitar que «el diseño ucraniano fuera borrado del mapa del mundo»
Inspirada del pintor ucraniano Kazimir Malevitch, dibujante y artista abstracto del siglo 20, la depurada obra de Kateryna Sokolova reproduce sus formas geométricas y unicolores.
Una pieza clave de su exposición es un sofá acolchado de espuma y cubierto por un tejido de lana, creado con motivo del centenario del Bauhaus.
Corriente artística fundada en 1919 en Alemania por Walter Gropius.
Mesas bajas, esculpidas en acero, con motivos dibujados a mano que recuerdan las ondulaciones del agua, destacan también entre sus obras.
Para Kateryna Sokolova, «esta guerra es como el retorno de Stalin.
Queremos evitar a cualquier precio volver a estar sometidos a la Unión soviética, queremos preservar la cultura ucraniana».