Los científicos tienen dos teorías sobre el objeto que se fusionó, pero no han descartado ninguna de las dos. Este suceso implica un cambio en la comprensión de estos eventos.

Científicos del Observatorio de ondas gravitatorias por interferometría láser (LIGO, por sus siglas en inglés) y el Observatorio Virgo reportaron la detección de ondas gravitacionales que provenían de la fusión de un hoyo negro con un objeto desconocido.

Este evento se registró el 14 de agosto de 2019, destacaron los científicos en un estudio publicado el 23 de junio de este año, sin que a la fecha se sepa cuál fue el objeto en cuestión, pero tienen dos teorías: otro hoyo negro o una estrella de neutrones.

«La falta de deformaciones de mareas medibles y la ausencia de una contraparte electromagnética son consistentes con una estrella de neutrones (NS, por sus siglas en inglés) o un hoyo negro (BH, por sus siglas en inglés) dadas las masas asimétricas del evento y la distancia», destaca el artículo.

No obstante, agregan, de acuerdo con la masa máxima de una NS y las observaciones electromagnéticas que hay sobre ellas, el objeto secundario es probablemente demasiado pesado para ser una estrella de neutrones.

La masa del objeto que se fusionó con el hoyo negro está entre los agujeros negros conocidos y las mayores estrellas de neutrones.

En este sentido, puntualiza la investigación, el objeto es «una fuente sin precedentes, porque la masa del objeto secundario lo convierte en el BH más ligero o en la NS más más pesada jamás obsercado en un sistema de doble ombbjeto compacto».

Así, la fusión es una nueva clase de fusiones binarias compactas, añade el estudio.

Los especialistas agregaron que, pese a que las consideraciones sugieren que el evento no sea producto de una fusión de con una estrella de neutrones, esta posibilidad no es descartada por completo.

«Las comparaciones entre la masa secundaria y varias estimaciones actuales de la masa másica de una estrella de neutrones sugiere que es poco probable que (el evento) se origine en una colaescencia de una NS con un hoyo negro. Sin embargo, las estimaciones (…) son lo suficientemente inciertas como para que un mejor conocimiento de una NS (…) puedan alterar esta evaluación.

«Por esta razón, no podemos excluir firmemente la posibilidad de que el objeto secundario sea una estrella de neutrones, ni podemos estar seguros de que sea un agujero negro. En cualquier caso, este evento arroja nueva luz sobre la distribución masiva de objetos compactos en la interfaz entre NS y BH conocidos«, subraya el documento.

Este descubrimiento puede cambiar la comprensión de los procesos por los cuales se conforman los hoyos negros más ligeros o las estrellas de neutrones más masivas, indican los científicos.

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